Es el jamón favorito de los grandes cocineros de España. Toño Pérez, de Atrio, lo tiene fijo en su menú. Un manjar de grasa anacarada con una curación de entre 15 y 36 meses cuyo exquisito sabor nos sumerge de lleno en la Dehesa Extremeña, ese edén ecológico de encinas y alcornoques donde los cerdos ibéricos viven felices alimentándose de bellotas durante la montanera.
Desde mediados de octubre hasta febrero, cuando las bellotas ya maduras caen de las encinas y están a libre disposición de los cerdos, cuando se da la montanera. Un periodo crucial que en Extrem se extiende durante más de 80 días, una cifra muy superior a los 61 días de mínimo que fija la normativa de la D.O. Extremadura. Durante ese tiempo, los animales ingieren una media de nueve kilos de bellota y tres kilos de pasto y hierbas al día, además de recorrer unos 14 kilómetros, un ejercicio clave para obtener la excelente infiltración de grasa característica de estos jamones.