Los tersos espárragos navarros de La Catedral son un manjar blanco exquisito. Solo envasan D.O y aquellos que tienen la yema cerrada. Máxima calidad y artesanía en un proceso meticuloso donde las piezas más preciadas deben ser rectas, con un grosor medio y un perfecto equilibrio de amargor en boca.
Tras su recogida durante la noche –no les puede dar la luz del sol para mantener su blancura y propiedades-, uno de sus secretos es escaldar el espárrago antes de pelarlo para evitar la pérdida de agua y la aparición de aristas y fibras. Ya en la nave, el engranaje continúa con un delicado proceso de envasado donde la pericia y experiencia de las mujeres es clave. Un consejo para apreciar mejor su sabor: antes de abrir, atemperar el bote al baño María o bajo el agua caliente del grifo.