El pulpo gallego de Porto do Son, alimentado de crustáceos, moluscos y peces, se cocina a fuego lento en AOVE y ajo y se elabora a mano, para que lo pruebes en casa igual que si estuvieras contemplando el brumoso Atlántico desde una aldea marinera.
El secreto de esta receta y también su peculiaridad es el ajo, que funciona perfecto con el sabor potente del pulpo gallego, uno de los cefalópodos más preciados debido a su escasez. Solo el 20% del pulpo que se comercializa tiene el sello de origen de Galicia. En Sotavento solo trabajan con producto trazable de cercanía, lo que garantiza su calidad.