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¿Has oído hablar de los aceites sintéticos? ¿Sabes en qué casos deben utilizarse? En las siguientes líneas profundizaremos en este tipo de lubricante, te mostraremos qué los caracteriza y cómo puedes saber si tu vehículo los admite.
En general, todos los coches pueden usar este producto con total seguridad. Hay quienes consideran que es una opción disponible solo para los recientes. Sin embargo, los modelos anteriores al 2000 son completamente aptos y su motor se lubrica con la misma eficacia. Incluso se mantiene más protegido, debido a una menor fricción en sus partes móviles.
Debes saber que esta mezcla suele incluir bastantes aditivos. Estos compuestos tienen la función de potenciar las propiedades esenciales del aceite. Las que más se refuerzan son las de anticorrosión y antidesgaste. Como consecuencia, es posible mejorar la vida útil del motor y, por consiguiente, también la del vehículo.
Si bien se puede usar con cualquier automóvil, es muy relevante en ciertos modelos:
Estos tres factores contribuyen a acortar la durabilidad a largo plazo del automóvil. Por eso, en estos casos es recomendable emplear este tipo de lubricante, aunque recuerda que es válido para cualquier coche. Ahora bien: ¿qué sucede desde el punto de vista económico? ¿Es rentable emplearlo cada vez que tengas que hacer el cambio?
Un aceite sintético contiene una mayor concentración de aditivos que otro tipo de aceite (que un lubricante mineral, por ejemplo). Como mínimo, suelen partir del 30% para un mejor rendimiento. Y estos son los más comunes:
Otro de los productos más frecuentes (y que puede formularse de diferentes formas) es el acondicionador molecular. Este compuesto consigue regenerar las secciones metálicas que han quedado perjudicadas como consecuencia de la fricción.
La primera diferencia radica en su proceso de refinado. Los lubricantes convencionales son derivados directos del petróleo. Por su parte, los sintéticos se procesan en laboratorio mediante síntesis química bajo condiciones específicas. Están diseñados para el uso que se les pretende dar, lo que redunda en unas mejores condiciones técnicas.
Al margen de esto, hay algunas diferencias fundamentales que debes conocer:
Por otro lado, y como bien sabrás, el motor de tu coche es propenso a que se formen depósitos calientes, especialmente en las partes cercanas a los bornes. Pues bien, la mayor fluidez de los aceites de motor sintéticos dificulta que esta circunstancia tenga lugar. De este modo, se quema menos combustible y los conductos no se obstruyen a medio plazo.
La resistencia inicial es un fenómeno habitual cuando se pone en marcha el motor. El problema es que los aceites convencionales lo someten a mayor presión, lo que se traduce en una pérdida de potencia. Con los que están procesados en laboratorio, el arranque será más rápido.
Finalmente, hay otro mecanismo habitual en los lubricantes que debes conocer: la descomposición por viscosidad. Cuando se someten a condiciones extremas de presión y temperatura, resulta común que estos líquidos pierdan fluidez. En este sentido, los sintéticos muestran una resistencia considerablemente mayor, lo que incrementa su rendimiento.
Seguro que ahora tienes más claro qué es el aceite sintético. Recuerda cuidar tu coche con los mejores productos y lubricantes para que se mantenga siempre en perfecto estado. Esa es la clave para aumentar su vida útil, y podrás encontrarlos online en Repsol. ¡Descubre todo lo que te ofrecemos para el cuidado y mantenimiento de tu vehículo!
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