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Comprar un coche nuevo es una decisión compleja y una de las inversiones más importantes. Acertar con el vehículo que mejor se adapte a nuestras necesidades es fundamental para que la compra sea rentable.
Si estás pensando en adquirir un coche con motor de combustión (gasolina o diésel) debes conocer las diferencias que existen entre estos dos carburantes. Esto es clave para tomar la mejor decisión, ya que no solo influyen en el consumo y el precio del vehículo, sino también en el mantenimiento, el impacto ambiental y el rendimiento a largo plazo.
La gasolina se asocia con coches más ágiles y económicos para trayectos cortos, mientras que el diésel es la opción preferida por quienes recorren muchos kilómetros en carretera y buscan eficiencia de combustible. Sin embargo, ambos tienen ventajas y desventajas que conviene analizar con detalle.
Sigue leyendo este artículo para descubrir todas las diferencias entre gasolina y diésel en detalle.
Para entender qué carburante es mejor para ti, necesitas conocer sus características y diferencias principales, que van desde su origen hasta el funcionamiento del motor.
Tanto la gasolina como el diésel son derivados del petróleo (en estado puro contiene diferentes hidrocarburos, sulfuros orgánicos, compuestos de nitrógeno y oxígeno y pequeños restos de metales como el hierro, el plomo, el sodio o el níquel), sin embargo, estos carburantes se obtienen en diferentes etapas del proceso de destilación fraccionada. En las refinerías, el crudo se calienta a altas temperaturas para separar sus componentes.
Si quieres saber algo más de todo este proceso, no dudes en visitar nuestra página sobre la extracción y el refinamiento del petróleo, donde te explicamos al detalle todo el proceso.
La característica principal de la gasolina es su índice de octanaje, que mide su resistencia a la detonación. A mayor octanaje (como en la gasolina 98), mejor rendimiento en motores de alta compresión.
La característica principal del diésel es su índice de cetano, que indica la rapidez con la que se inflama bajo presión. Además, el gasóleo es más denso y aceitoso que la gasolina, lo que le confiere propiedades lubricantes esenciales para las piezas del motor diésel.
Generalmente, un motor diésel ofrece un mayor rendimiento y una mayor eficiencia de combustible, lo que se traduce en un menor consumo por kilómetro. Esto lo hace ideal para viajes largos por carretera.
La gasolina, por su parte, suele ofrecer una respuesta más rápida y una conducción más ágil, siendo perfecta para trayectos urbanos.
La forma en que se produce la combustión es una de las diferencias más importantes.
Los vehículos de gasolina suelen tener un precio de compra inferior y un mantenimiento más sencillo y económico.
Los motores diésel, al ser más complejos y operar con mayores presiones, pueden tener averías más costosas y un mantenimiento más exigente a largo plazo.
En cuanto a las emisiones, el diésel genera menos CO₂, pero emite más óxidos de nitrógeno (NOx) y partículas, que son contaminantes locales.
La gasolina produce más CO₂, pero emite menos NOx, lo que puede ser una ventaja en ciudades con restricciones medioambientales.
No hay una respuesta única. La elección depende de tus necesidades:
La gasolina es un combustible líquido que se obtiene del refinamiento del petróleo. Compuesto principalmente por hidrocarburos con entre 7 y 11 átomos de carbono. Este combustible se ha convertido en uno de los más utilizados en el mundo por su versatilidad y su capacidad de ofrecer una combustión rápida y eficiente. Entre las principales características de la gasolina destacan:
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El diésel, también conocido como gasóleo o gasoil, es otro derivado del petróleo que se obtiene en fases posteriores de la destilación. Está compuesto por hidrocarburos más pesados (entre 12 y 15 átomos de carbono), lo que le otorga un mayor poder calorífico. Esto significa que, a igualdad de volumen, el diésel genera más energía que la gasolina.
Las principales características del diésel son:
Existen varios tipos de gasóleo:
Existen alternativas de origen 100 % renovable para estos tipos de gasóleo, como el Diesel Nexa (tipo A) o el Gasóleo B Nexa (Tipo B) de Repsol.
Los motores diésel destacan por su durabilidad y su elevado par motor.
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Esta elección no es tan sencilla como comparar precios en el surtidor. Los vehículos de gasolina y diésel presentan diferencias clave que los hacen más adecuados para distintos tipos de conductores y usos.
Si conduces principalmente en ciudad, con trayectos cortos, frecuentes paradas y arranques, un coche de gasolina suele ser más recomendable. Entre las principales características de la gasolina destacan su combustión más limpia en cuanto a partículas, un precio de compra más bajo y reparaciones menos costosas. Además, los motores de gasolina tienden a ser más silenciosos y con menos vibraciones, lo que mejora la experiencia de conducción urbana.
Por el contrario, si realizas largos recorridos por carretera o acumulas muchos kilómetros al año, el diésel puede resultarte más rentable. Una de las características del diésel es su menor consumo de combustible en trayectos largos y a velocidades constantes, lo que se traduce en un ahorro significativo a lo largo del tiempo. También ofrece mayor par motor (fuerza de empuje que ayuda al motor a mover el vehículo con más facilidad), ideal para quienes buscan potencia en adelantamientos o transportan cargas pesadas.
Eso sí, debes tener en cuenta que el diésel suele implicar un coste inicial más alto y un mantenimiento más caro, además de estar sujeto a normativas ambientales más estrictas en algunas ciudades.
Para conocer más en detalle las etiquetas medioambientales de la DGT y cómo afectan a tu movilidad, te recomendamos leer nuestro artículo sobre qué es la etiqueta medioambiental de la DGT.
Preguntas frecuentes
No, de hecho, echar gasolina a un motor diésel es perjudicial.
El gasóleo tiene propiedades lubricantes que son vitales para las bombas de inyección y los inyectores. La gasolina, al ser un disolvente, elimina esta lubricación, provocando un desgaste prematuro y averías graves en el motor.
Es un error más común de lo que parece. En caso de que esto suceda:
Para evitar estas confusiones, es útil familiarizarse con las nuevas etiquetas para carburantes, que unifican la identificación de los combustibles en toda Europa.
El diésel no es ni gasolina ni petróleo crudo. Es un combustible derivado del petróleo, obtenido a través de un proceso de refinamiento, al igual que la gasolina, pero en una fase diferente.
