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Como consumidor, es esencial que tengas conocimiento acerca de cuestiones que influyen directamente en tu suministro eléctrico. Esta es la base para gestionar y comprender mejor tus facturas y, por lo tanto, tus gastos. En esta ocasión, queremos hablarte de la instalación trifásica en la vivienda y de su versión monofásica.
En primer lugar, es importante que entiendas dos conceptos clave:
Las instalaciones monofásicas son las que solo tienen una fase y una corriente alterna. Están pensadas para sitios de pequeño o mediano tamaño, con el volumen habitual de dispositivos y electrodomésticos de una vivienda (alrededor de 7, además de las luces). Por ello, estos montajes son los más empleados en casas y hogares unifamiliares en general.
Ahora bien, ¿qué potencia hay en este tipo de espacios? Dependerá siempre de la tensión normalizada:
Con independencia de esto último, podríamos ver una casa de grandes dimensiones que tuviera la opción monofásica. Esto se debe, por lo general, a que simplifica el suministro al hacer que todo el flujo de electricidad pase por una única fase.
La instalación eléctrica trifásica, por su parte, cuenta con un mayor rendimiento técnico, lo que permite vincular un número muy amplio de máquinas o dispositivos (más de 10 utilizados simultáneamente). Está pensada para un uso más exigente como, por ejemplo, naves industriales o edificios comerciales.
Es una instalación eléctrica más compleja que está distribuida en tres fases y tres corrientes alternas. De este modo, la potencia está clasificada en tres niveles, aunque han de tener como mínimo 15 kW por obligación legal. Suele utilizar 4 cables y equipamiento adicional para poder así manejar con coordinación y equilibrar la carga de cada una de las fases.
Respecto a la tensión, varía entre 380 o 400 V, una cantidad bastante más elevada que la que se esperaría para una vivienda.
Recuerda que lo que debes tener en cuenta es la potencia. Nuestro primer consejo es que consultes este valor en tu factura, concretamente, en el campo de la contratada. De este modo, averiguarás qué es capaz de soportar el suministro que tienes y, por lo tanto, no sufrirás un exceso de tensión:
Hay otra clave que debes considerar: los dispositivos de tu vivienda. Revísalos para comprobar que sean monofásicos, principalmente los electrodomésticos que más consumen.
Podrás ver cómo son por la potencia máxima que indican en la etiqueta o en la ficha técnica:
Respecto a las diferencias:
En este artículo has podido ver cómo la instalación trifásica en una vivienda es una opción si necesitas una potencia elevada; sin embargo, es más recomendable para otros usos como los industriales.
Respecto a los precios, al tener una potencia mayor serán más elevados, pero recuerda que el ahorro en tu factura depende en gran medida también de si la tarifa eléctrica contratada se adecua a tus necesidades. Si tienes dudas sobre cuál es la que más te conviene para tu hogar, aquí te explicamos qué tarifa de luz contratar.
Tarifas eléctricas adaptadas a ti
Tarifa Ahorro Plus
Una tarifa que te mantiene el precio del kWh durante 12 meses.
Tarifa Plana de Luz
Una tarifa con la que pagarás siempre lo mismo, consumas lo que consumas.
Tarifa Mis 10h con Descuento
Una tarifa para que ahorres las 10 horas que tú elijas.
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