¿Cómo preparar el coche para el frío y la nieve?
Antes de pensar en el equipamiento adicional, lo primero es asegurarte de que tu coche está preparado para las bajas temperaturas. Un mantenimiento preventivo es el primer paso para evitar averías y garantizar una conducción segura.
Revisión de neumáticos
Los neumáticos son el único punto de contacto entre el coche y la carretera, y su estado es vital en condiciones adversas. Revisa la profundidad del dibujo, que nunca debe ser inferior a 1,6 mm, aunque se recomienda que sea de al menos 3 mm para una buena evacuación de agua y nieve.
Comprueba también la presión; con el frío, esta tiende a bajar. Valora la opción de utilizar neumáticos de invierno o si vives en una zona con heladas y nevadas frecuentes.
Comprobación de la batería y las luces
Las bajas temperaturas afectan directamente al rendimiento de la batería, pudiendo reducir su capacidad hasta en un 50 %. Si tu batería tiene más de cuatro años, es aconsejable que un profesional verifique su estado. Un arranque fallido es uno de los problemas más comunes en invierno.
Del mismo modo, asegúrate de que todas las luces del vehículo (posición, cruce, carretera, antiniebla e intermitentes) funcionen correctamente. En invierno los días son más cortos y la visibilidad es menor, por lo que una buena iluminación es esencial.
El líquido anticongelante: tu mejor aliado para el motor
El líquido anticongelante es fundamental para proteger el motor de las bajas temperaturas, evitando que el agua del circuito de refrigeración se congele y cause daños graves. Es importante revisar su nivel y asegurarse de que mantiene las propiedades adecuadas para el vehículo. Si no estás seguro de su estado, es el momento de renovarlo.
Si tienes dudas sobre esto, aquí puedes consultar qué anticongelante lleva tu coche o aprender cómo cambiarlo paso a paso.