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Realizar el cambio del anticongelante cada cierto tiempo es imprescindible para no dañar el motor de tu vehículo. Este producto protege el sistema de enfriamiento de la corrosión u oxidación y, además, previene la aparición de espuma. Pero antes de darte los pasos que debes seguir para cambiarlo, vamos a explicarte si hay alguna diferencia entre el anticongelante y el refrigerante.
Sí, es lo mismo. Aunque el nombre correcto debería ser refrigerante, normalmente se conoce como anticongelante, porque una de las características del producto es que no congele a bajas temperaturas.
Antiguamente se empleaba agua como líquido refrigerante, pero si la temperatura disminuye por debajo de 0ºC, el agua pasa de estado líquido a sólido, aumentando el volumen y pudiendo romper el sistema de refrigeración. Por ello, se le añade hasta un 50% de glicol para disminuir su punto de congelación. En función del porcentaje se consigue una u otra temperatura.
Los refrigerantes están compuestos por:
El cambio suele realizarse cada 2 años o a los 40.000 kilómetros aproximadamente, pero será el fabricante de cada vehículo el que lo determine. En Repsol te damos más información sobre ello.
Para hacerlo, es necesario que el motor esté apagado y frío. Y hay que tener a mano un recipiente, una llave mordaza y guantes. Con esto listo, lo siguiente que debes hacer es:
El refrigerante orgánico Guard 50% ofrece excelentes propiedades anticongelantes y está recomendado para circuitos de motores gasolina y diésel, especialmente para los de aluminio. 50% es el nivel máximo de concentración de etilenglicol, soporta temperaturas de entre -37ºC y 108ºC.
En Repsol encontrarás también anticongelantes al 30 %, 42 % y 100 % de concentración.
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