Realizar el cambio del anticongelante cada cierto tiempo es imprescindible para no dañar el motor de tu vehículo. Este producto protege el sistema de enfriamiento de la corrosión u oxidación y, además, previene la aparición de espuma. Pero antes de darte los pasos que debes seguir para cambiarlo, vamos a explicarte si hay alguna diferencia entre el anticongelante y el refrigerante.
¿Es lo mismo refrigerante que anticongelante?
Sí, es lo mismo. Aunque el nombre correcto debería ser refrigerante, normalmente se conoce como anticongelante, porque una de las características del producto es que no congele a bajas temperaturas.
Antiguamente se empleaba agua como líquido refrigerante, pero si la temperatura disminuye por debajo de 0ºC, el agua pasa de estado líquido a sólido, aumentando el volumen y pudiendo romper el sistema de refrigeración. Por ello, se le añade hasta un 50% de glicol para disminuir su punto de congelación. En función del porcentaje se consigue una u otra temperatura.
Los refrigerantes están compuestos por:
- Agua: aporta la capacidad de refrigerar.
- Glicol (o similar): disminuye el punto de congelación.
- Aditivos: aportan la capacidad de anticorrosión, anticavitación.