Los coches eléctricos están a la orden del día, cada vez hay más modelos, más fabricantes y modelos más económicos. Este auge es debido a las amplias ventajas que ofrecen, como el ahorro de carburante y que no generan emisiones de CO2. Además, la circulación de vehículos en ciudades es cada vez más restrictiva y el gobierno proporciona facilidades, como subvenciones y beneficios fiscales, para que más gente pueda optar por la movilidad eléctrica.
Antes la carga del vehículo eléctrico era un problema, pero cada vez está más extendido y hay más puntos de recarga, tanto públicos como electrolineras. Además, tienes la posibilidad de tener uno en tu propia casa y, con las tarifas adaptadas a las recargas y la luz del hogar, puedes ahorrar mucho dinero.
Movilidad eléctrica: una opción sostenible
Tipos de vehículos eléctricos
En cuánto a vehículos eléctricos, podemos distinguir dos clases: los coches 100% eléctricos, que solo funcionan con batería, y los coches híbridos, que aceptan carga eléctrica y carburante:
- Vehículos eléctricos con pila de hidrógeno (FCEV). Este modelo se mueve con energía renovable, pero no funciona con baterías, sino con una pila de hidrógeno. La electricidad se genera a través de electrólisis de hidrógeno, esto permite que el único residuo que se genere sea agua. Es otra gran forma de optar por la energía renovable en la conducción, pero esta técnica aún no está tan extendida como la eléctrica y encontrar modelos de coches y puntos de recarga de hidrogeneras no es fácil.
- Vehículos eléctricos de batería (BEV). Se trata del coche 100% eléctrico, es decir, que funciona con energía que se almacena en baterías. Para poder cargar la batería del coche, como sucede con cualquier dispositivo eléctrico, tendrás que cargarlo en un punto de recarga.
- Vehículo eléctrico de autonomía extendida (EVER). La diferencia con el de batería es que en este modelo se añade un motor térmico como generador. Aunque exista un motor térmico, éste no impulsa las ruedas ni tiene autonomía propia, por lo que no se considera un híbrido.
- Vehículo híbrido enchufable (PHEV). Los coches híbridos contienen dos motores: uno de combustión y otro, o varios, eléctricos. Los motores pueden funcionar de forma independiente y el conductor puede escoger el tipo de conducción.
- Coches microhíbridos (MHEV). Este tipo de coches son térmicos y cuentan con un asistente eléctrico que permite recuperar energía, pero solo contiene una batería pequeña de 48V. Esta batería solo sirve para ayudar al motor térmico en momentos claves de la conducción, en la que necesita ayuda porque no tiene suficiente fuerza o para restar esfuerzo al motor. La gran diferencia con un híbrido, es que no puede funcionar como un coche 100% eléctrico de forma independiente.
La ventaja de los híbridos es que, aunque cada vez sea más frecuente encontrar puntos de recarga, puedes encontrarte en la situación de que tengas que cargar la batería de tu coche y no encuentres un punto o tarde demasiado en cargarse. Por eso, hay un depósito de carburante que es perfecto para este tipo de situaciones.