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La calefacción es un componente esencial para un hogar agradable y cómodo. En plena transición energética, los consumidores se preguntan cuáles son los medios más sostenibles y eficientes pensando en el corto y largo plazo. Por ello, nos hemos propuesto hacer un análisis exhaustivo de los tipos de estufas que hay en el mercado.
En octubre del año pasado, coincidiendo con la crisis del combustible, la venta de estufas creció un 30%. Un estudio del sector privado así lo afirma, como también que son una solución rápida frente a la pobreza energética. La clave está en que resultan más asequibles, una cualidad que presentan con mayor facilidad los modelos más eficientes.
Desde el gas hasta el bioalcohol, hay un gran número de estufas idóneas para los hogares. Las diferencias son el medio de emisión de calor, el tipo de combustible y su mecanismo de funcionamiento.
Funcionan mediante la quema de gas butano, lo que emite calor que se expande con el aire. En la actualidad, son uno de los tipos más demandados en los hogares por su mayor simplicidad frente a los demás. Probablemente, hayas oído hablar de la llama azul, un subtipo que está popularizándose debido a su mayor eficiencia.
La principal ventaja de los tipos de estufas a gas es que disponen de un potencial calorífico bastante elevado. Un solo dispositivo puede calentar una habitación de 30 m² y, dependiendo del modelo, se puede superar esa superficie. Su eficiencia es muy aceptable, especialmente, si se emplea biogás.
Con frecuencia se les señala un inconveniente en lo relativo a su seguridad. La emisión de monóxido de carbono es inevitable debido al proceso de combustión interna. No obstante, deben incorporar un medidor en tiempo real y pasar inspecciones periódicas. Por tanto, este riesgo se ve reducido al mínimo.
Considerado un sistema de calefacción renovable, se basa en el mecanismo anterior de combustión interna. Sin embargo, en este caso recurre a los pellets, es decir, maderas y otros residuos forestales triturados. Como la obtención proviene de talas controladas, se potencia la cadena de valor y es más sostenible.
Según su forma de emisión, pueden distribuirse en tres tipos:
Las estufas eléctricas no requieren combustible, sino que emplean la electricidad para convertirla en calor. Para ello, la transforman mediante un proceso que resulta más ecológico que la combustión. Por la misma razón, no emiten humo ni vapores, simplemente, calientan la habitación de una forma rápida.
Su principal ventaja es que son más seguras que las de llama. En este sentido, es posible usarlas en habitaciones pequeñas y también en dormitorios. Como inconveniente se encuentra que consumen bastante electricidad.
Este es uno de los tipos de calefactores menos conocidos tradicionalmente, pero que está ganando relevancia en la actualidad. Funcionan a partir de la quema de parafina, un combustible conocido también como queroseno. Incorporan distintas medidas de seguridad, como el apagado programado o automático, para evitar riesgos.
Tienen la particularidad de que apenas necesitan mantenimiento. La parafina está disponible en tiendas especializadas y se puede comprar en bidones. Sin embargo, estas estufas no son aptas para habitaciones con dimensiones inferiores a los 10 m² y se deben recargar cada poco tiempo. Como el queroseno proviene del petróleo, no se consideran ecológicas.
Conocidas también como estufas de bioetanol, utilizan la quema de este combustible para producir calor. Lo que más suelen valorar los consumidores es su limpieza, así como la capacidad de no emitir humos. Por esta razón, contribuyen a mantener una huella de carbono neutra, dado que no contaminan el medioambiente.
Su principal inconveniente es que no calientan la vivienda al completo, solo una habitación. Requieren, asimismo, una elevada inversión inicial en la adquisición de equipamiento. Nuestra recomendación, en caso de que cuentes con una, es que ventiles la habitación para evitar acumulaciones de CO₂.
Cuando vayas a escoger entre los distintos tipos que hemos mencionado, es importante que tengas en cuenta varios factores. Los detallamos a grandes rasgos, pero no olvides que debes tener en cuenta tus necesidades específicas:
Respecto a este último punto, la limitación física de algunos modelos puede ser un inconveniente. Por su modo de emisión de calor, no es recomendable usar estufas de parafina en los cuartos de baño ni en los dormitorios. Es una opción pensada para las salas de estar y demás estancias que puedan permanecer ventiladas durante varias horas.
En definitiva, hay numerosos tipos de estufas en el mercado, lo que conforma una amplia variedad. En Repsol encontrarás diferentes modelos de estufas de gas para interior y exterior. Puedes comprar online y recibirla en tu casa en 24/48h laborables.
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