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La apuesta por la energía solar está avanzando de forma imparable. Durante 2022 experimentó un incremento de 3,4 GW en nuestro país, según un informe de Red Eléctrica de España (REE). En esta línea se han empezado a consolidar nuevas modalidades; una de ellas es el sistema fotovoltaico híbrido, en el que profundizamos a continuación.
La REE, en el mismo informe anterior, señalaba otro dato de relevancia. Esta fuente renovable supuso una generación superior a los 28 000 GWH, un aumento del 33 % respecto a 2021. Esta es una afirmación que invita al optimismo, pero ¿es tan eficiente como se podría esperar de un medio tan innovador?
La energía híbrida está basada en la fusión de la energía térmica y la energía fotovoltaica, de manera que puedan resultar rentables desde el primer momento.
Partiendo de estos criterios, podemos identificar distintos tipos de placas híbridas:
De acuerdo con el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), esta es una de las soluciones prometedoras de la actualidad. Pero, ¿cuáles son los motivos? El principal, como te puedes imaginar, es la rentabilidad. Cierto es que requiere una inversión inicial significativa, pero su recuperación será considerablemente más rápida.
La alternancia entre distintas vías de generación es muy eficaz para el consumo energético. Es posible obtener electricidad, pero también agua caliente sanitaria para las instalaciones.
Durante los últimos años, el almacenamiento de la electricidad obtenida se ha convertido en una oportunidad para el consumidor. Esta modalidad híbrida puede dotarse de baterías para placas solares.
Como se obtiene un beneficio considerable de las horas de sol, es factible colocarlas incluso en comunidades autónomas que disfrutan de menos de estas. Por ejemplo, en el norte de España, donde esta tecnología está avanzando rápidamente.
Los paneles híbridos están basados en la fusión de la tecnología térmica y la fotovoltaica. Pero ¿cómo consiguen generar electricidad y calor? La clave está en la explotación de todo el espectro de luz visible, junto con una gran obtención de energía de la radiación. De este modo combinan dos métodos de acción distintos en uno.
Por un lado, el sol actúa sobre las células fotovoltaicas y las calienta. Mediante un proceso de transferencia térmica, el agua que circula en su parte interior se calienta. Además, gracias a la pasta térmica se optimiza la extracción de calor para un uso efectivo. Como resultado, es posible aprovecharla para uso doméstico.
Por otro lado, también se obtiene energía de la radiación. Cuando incide, el silicio de la superficie reacciona y la transforma en electricidad. Las celdas reciben la luz para transmitirla hacia los conductores, que la dirigen al regulador. Después se efectúa un cambio de corriente alterna a continua (o viceversa, según el caso) en el inversor.
La eficiencia de estos paneles es el centro de los desafíos actuales. Una de las previsiones de Naciones Unidas para el año 2015 era aumentarla en un 50 % por medio de la reducción de costes. Y, ocho años después, podemos afirmar que se ha cumplido gracias a estrategias como la hibridación.
El uso del suelo —tanto rural como urbano— es un posible inconveniente para las renovables. Sin embargo, esta cuestión queda solventada cuando se aprovechan dos fuentes energéticas en el mismo espacio. La alteración estética es menor, y, a la vez, resulta más factible en zonas de reducida extensión.
Además, hay una propuesta en la que multitud de entidades está trabajando: la explotación del calor residual. Cuando anochece o comienza a nublarse, parte de la radiación obtenida no termina de procesarse. La intención en estos casos es aprovecharla para calentar agua a través de la dinámica térmica.
Se espera que, en los próximos años, este sistema acabe por superar las diferencias entre energía solar térmica y fotovoltaica. Hay que tener en cuenta que, de acuerdo con la Unión Española Fotovoltaica (UNEF), el autoconsumo experimentó un crecimiento del 108 % en 2022. Y esta tecnología puede servir ahora de apoyo para optimizar instalaciones que ya están en funcionamiento.
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Hoy en día, nuestro país trabaja en dos vertientes principales. Una de ellas es la mayor extensión de los paneles híbridos, con previsiones de aumento de cara a los próximos años. La principal razón detrás de esto es la acción de los fondos europeos Next Generation, que han supuesto una vía de financiación clave.
La otra senda está alineada con la eficiencia, que ha ido creciendo con el paso de los años. Para que te hagas una idea, las placas convencionales solo aprovechan el 15 % de la radiación; el 85 % restante no se absorbe o, si se hace, queda disperso en la cara posterior de las celdas de silicio. Hasta ahora, la media de obtención en los paneles híbridos era del 40 %. Sin embargo, los nuevos modelos han ido incrementando esa cifra hasta el 60-70 %. El próximo desafío está en acercarse al 80 %, sobre todo, al potenciar el uso del calor residual.
¿Qué piensas del sistema fotovoltaico híbrido? Aquí hemos querido poner de relieve la oportunidad que este modelo supone para el medioambiente., y también para tu economía. Es un sistema más eficiente, rentable y que implica un mayor uso de recursos limpios y renovables. En Repsol te invitamos a conocer nuestras tarifas solares para aprovechar toda la energía solar para tu hogar.
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